Ignis ||



Había una vez, una familia. Un padre, una madre y una niña hermosa que era la alegría de sus padres. Sus vidas eran normales, como las de todos en el mundo, con altas y bajas, pero más altas que bajas. Hasta un día, un hermoso día de otoño, en que todo cambió drásticamente. La niña cumplía 11 años y sus padres los celebraban con excesiva emoción. La casa en la que vivían tenía un pequeño lago en la parte de atrás, que ahora estaba cubierto de hojas casi secas de los árboles circundantes. La familia estaba reunida cerca del lago y reían, todos felices. El padre encendió las velas del bizcocho. Con la cámara en mano, le dijo a la niña que soplara. Se ubico detrás de la mesa que tenía el bizcocho y las botanas y sopló, cerrando los ojos y pidiendo un deseo. Vio el destello del flash detrás de sus párpados cerrados. Abrió los ojos y tenía a su madre al lado, sonriéndole cándidamente. Su padre había puesto la cámara en un trípode y rápidamente se unió a su mujer e hija para la foto familiar de ese año. La última.

Después de la foto, mientras su madre partía el bizcocho en pedazos, la niña contemplaba absorta y con ojos bien abiertos por la emoción, la puesta del sol. El cielo estaba teñido de naranja, amarillo rojo, marrón… todo se reflejaba en el pequeño lago. Los árboles tenían las hojas cubiertas de los mismos colores, típicos del otoño. La escena era hermosa. Parecía que todo estaba cubierto de fuego, de un fuego cálido e inofensivo que abrasaba a la familia.

Esa noche, la niña soñó con el fuego. Un fuego que se expandió por toda la casa, llenándola de luz y calor. A ella no le molestaba, lo amaba…lo controlaba y lo movía a su antojo, reduciéndolo a una pequeña llama y expandiéndolo luego por todo el lugar. Pero, de pronto, escuchó gritos y su visión se vio empañada por un humo negro y denso. Escuchaba a sus padres gritar en agonía y llamarla.

Despertó sobresaltada, bañada en sudor. Con la vista y la mente desenfocadas por el sueño, la habitación le parecía inusualmente clara y cálida. Se dio cuenta, entonces, de que los gritos no eran parte del sueño: eran reales. El fuego era real. Una línea ardiente salía de su habitación, desde su cama y seguía hasta afuera, a las demás habitaciones de la casa. Con horror, se llevó las manos a la boca y vio que estaban cubiertas de llamas. Las apartó de sí, buscando como apagarlas, pero reparó en que no le quemaban. Ardían ahí, en su piel, que estaba intacta, pero no sentía nada, solo una ligera calidez.

Salió corriendo de su habitación, hasta la de sus padres, donde el fuego era tupido.

—¡Mamá! ¡Papá! — gritó asustada, inmovilizada en la puerta de la habitación.

—¡Hija! — oyó a su madre gritarle, con dolor — ¡Vete! ¡Sálvate!

— ¡Mamáaaa! — gritó de nuevo. En la habitación no se veía prácticamente nada y estaba empezando a ahogarse por el humo.

Vio a su padre tendido cerca de la ventana, con la ropa de dormir quemada y la piel llena de ampollas y chamuscada. No se movía. Su madre estaba a unos metros de la puerta, acurrucada. Se acercó a ella.

— Mamá… — empezó a sollozar.

—Vete… s-salva…te — susurró su madre, con un último aliento.

Quería tocarla, pero sus manos seguían ardiendo. Lágrimas de impotencia, miedo y tristeza afloraron en sus ojos, mientras corría fuera de la casa. Las llamas se pegaban a su cuerpo y pronto toda ella estuvo ardiendo. Su ropa, extrañamente, estaba intacta.

Al llegar afuera, se tiró al lago, y las llamas se extinguieron de su piel con un siseo. Se sentó dentro del agua, en la parte no honda, sollozando con fuerza y golpeando impotentemente el agua. Después de unas pocas horas, cuando estaba parcialmente calmada, el agua fría del lago empezó a calarle los huesos. Escuchó sirenas lejanas, y el miedo, como el frío, empezó a calarse en su corazón. Sin pensarlo, comenzó a nadar hasta el otro lado del lago, donde estaba el inicio de un bosque.
















Sin sentido, extraño y sacado de la nada. Quizás nunca lo termine, como todo lo demás.

Comments

  1. Es una pena que no lo termines ,ya que el argumento es genial y tienes talento para hacerlo,puesto que has introducido la historia con una imagen idilica,que se va difuminando tras un sueño hecho realidad.
    Un saludo

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  2. Muchas gracias. Es bueno saber que por ahí anda gente que tiene tiempo de leerme.

    Quizas sí lo termine, todo depende de si mi mente está en este relato o en algún otro. Quizas algún día te encuentres con la sorpresa de que subí una extensa continuación :P.

    Saludos.

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  3. Fantástico relato, muy conmovedor y envolvente, muy explícito, te va adentrando en cada línea, como quien penetra en una caverna lóbrega y presiente, al fondo de la hoquedad, el peligro. Muy amena la introducción familiar, cómo se va desarrollando la historia, balanceándose entre lo ameno y el drama. Muy bien. Aprovecho para saludar a mi amiga Mariam, que te ha puesto un comentario también. Saludos a ambas.

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  4. Feliz año nuevo y no dejes de escribir,ya que escribir es vivir en pensamientos.

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  5. ¡Muchísimas gracias! Feliz año para ti también. :)

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